Revelando el alma

En cuanto dí siete pisadas me aislé en la habitación y con salada nostalgia bañé mi lecho. Me busco en el retrato futurista con el que me he ilusionado y no me hallo. Pretendo liberarme de la "ingenua" opresión que aunque lo niegue se ha vuelto el vicio de la "buena intensión". Descargué mis miedos y frustraciones en aquel que no alcanzo a ver ni a imaginar. Entretanto la publicidad televisiva sacude mi mente con el interrogante ¿Qué estás escuchando ahora?  Me autorespondo irónicamente: "Escucho mis recuerdos envueltos en los vientos de diciembre mientras camino sin enfocar a la gente, sin darle sentido a la música que a lo lejos percibo, escucho unos pasos que se alejan y mis latidos simultáneamente se aceleran. Nunca entiendo como todo pasa tan rápido y tan lento a la vez, ahora mis recuerdos son un baño de sonidos que carecen de armonía. Pero... (suspiro) Existe un PERO y eso cambia radicalmente mis memorias. Enlazo mi argumento de la siguiente manera: -

Cada día puedo soñar más mientras estoy despierto, quiero creer más de lo que puedo porque los límites fueron inventados por los de espíritu ciego. Mi realidad es tan irreal que ya experimenté el regocijo de la locura ante el prejuicio del común denominador.  No quiero ser realista, quiero una ventana sin cortinas, respirar la luz del día, oler los colores de la primavera y acariciar la brisa cada vez que pueda. Es más coherente lo imposible aunque le suene  irónico a la gente, saber que Él me ama es tener la llave que abre todas las puertas cerradas. En todos los casos siempre es mejor perder mil “amigos” que un segundo de vida junto al que nos dotó de alas y es una pena que a muchos les atemorice estrenarlas. Si ÉL me hizo así, ¿Por qué voy a huir?, si ÉL es quien es, entonces esto no se trata de mí, se trata siempre de su perfecto nombre y eterna magnificencia, así es como todo lo irreal se ha vuelto mi única verdad. Ni siquiera me atrevo a cuestionar, ¿para qué?, si no hay v

Hace un par de días observaba el cielo con atención, las nubes parecían la dulce nata arrugada que en el pocillo del café con leche se ve, la luna no podía brillar más, el reflejo por la rejilla del patio me hacia la invitación, cuatro o cinco pasos me costó quedarme embellecida como espectador. Así han pasado los días y nuevamente me detengo inconscientemente a contemplar  las alturas en el momentos más inesperado, pero parece que alguien se ha propuesto a enloquecerme, parece que alguien no duerme pintando esas nubes abullonadas con una esponja humedecida de amor. Una vez me enseñaron la teoría de la policromía, pero la práctica elevadamente profesional la contemplé de manera amplia y estupefacta un día sentada en un simple balcón. 

No entiendo cómo pueden esperar que con sus expresiones me asombre y me sienta ofendida. Si yo lo ignorara entonces no existiría. No hay vergüenza al estar en esta condición por la cual me siento aludida. Yo no la presumo, no la vendo, ni la consumo, yo simplemente gozo de ella sin prejuicios ni orgullo. Y es que esperan que me contenga, me calle, me suprima y vuelva al estilo de vida  color “cebra”, no, no, no, esto no es en vano y no es casualidad que escriba con la izquierda mano. Las ideas, sueños y metas se cumplen porque se cumplen, yo daré toda la fuerza que me han dado, y si eso no me alcanza para eso tengo a mi lado el soporte SOBREHUMANO. No me hablen de ataduras, verdades a medias y de monedas en los bolsillo, soy consciente que si subsisto no es precisamente por el oxígeno que respiro. Busqué un día en el dicciAMARio el significado extraordinario de aquello que inunda este ser viviente que cuenta con más de 12 meses en el calendario. No hallo respuestas claras basá