Cementerio San Miguel - Santa Marta
No puedo dejar de mirar la lápida, "para tus hijos y nietos vivirás eternamente", y justo arriba unas rosas artificiales, sucias y descoloridas, tan opuestas a ti. Tengo tantas ganas de llorar, pero no sé por qué no lo hago, parece que mi alma se negara a hacerlo, imponiéndome su deseo de resignarme al recuerdo. ¡No al tuyo! Porque sé que me amaste con el amor que tenías para darme, sino de aquello o tal vez aquellos que afectaron mi ser, conduciéndome a un descenso lento, el mismo que me trajo hasta aquí.